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Enésima batalla por el poder en la Fórmula 1
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MOSLEY QUIERE DIVIDIR A LAS ESCUDERÍAS

Enésima batalla por el poder en la Fórmula 1

‘Queréis guerra, pues la tendréis’. Max Mosley, presidente de la FIA y capitán en mil batallas, ha iniciado una nueva contienda en el Gran Circo. Esta

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Enésima batalla por el poder en la Fórmula 1

‘Queréis guerra, pues la tendréis’. Max Mosley, presidente de la FIA y capitán en mil batallas, ha iniciado una nueva contienda en el Gran Circo. Esta vez, contra todos los equipos (FOTA). Aunque esté solo, sabe que tiene las mejores armas. Ayer envió un torpedo que dejó seco al mismísimo Luca di Montezemolo (presidente de la FOTA y de Ferrari). El camino hacia la inestabilidad y división de la Fórmula 1 le llevará a la victoria, como ha hecho siempre desde que ocupa el cargo, 1991.

Hasta ayer, la unión de los equipos -en torno a la FOTA- era un hecho casi inédito en la competición de Bernie Ecclestone. La cohesión existente apuntaba alto para cambiar de aires este deporte. Pero Mosley dará al traste de nuevo este idilio como hizo recientemente con los pilotos y el problema del pago de la Superlicencia. Al principio todos formaban una piña pero el británico hizo que unos pocos cambiasen de opinión y la GPDA (Asociación de Pilotos de Gran Premio) se fragmentó. Ayer Max inició la misma táctica para separar a la FOTA.

‘Divide y vencerás’, un lema que debe estar en la cabecera de la cama de Mosley. Una FOTA crecida propuso, como símbolo de fortaleza, cambios en el sistema de puntuación del campeonato. Vaya si hubo cambios. La decisión de la FIA fue totalmente contraria a las peticiones de las escuderías. Querían instaurar un modelo de 12-9-7-5-4-3-2-1 y al final es uno idéntico a las tan criticadas ‘medallas’ de Ecclestone (ver noticia). Una victoria valdrá más que 17 segundos puestos.

Un misil de 34 millones

Pero Mosley no sólo ha sacado el mazo en la cuestión de los puntos. En su carrera de recorte de gastos anuales, el presidente de la FIA ha comunicado que hay un plan para 2010 de reducir a unos 34 millones de euros el presupuesto de cada equipo. A simple vista es algo inviable si tenemos en cuenta que para 2008 hubo escuderías que gastaron más de 300 millones o el sueldo que percibe cada piloto. Quiere que todos entren en el redil, que se acepten sus normas y recomendaciones de elementos estándar. Y, por encima de todo, dejó las cosas claras a pilotos, escuderías y aficionados: ‘aquí mando yo’.

Esta reducción de costes es un frente abierto. Un tira y afloja para que no sean 34 millones pero se asemeje. Un método por el cual todos los equipos entren en el aro del motor, kers y demás elementos únicos. Aquí empieza el quebrantamiento de la FOTA. Los equipos menos ‘ricos’ aceptarán sin problemas sabiendo que tendrán más oportunidades de rodar como una escudería ‘grande’ y a un precio interesante. Los ‘fuertes’ prefieren ir por su camino -disponen de dinero para ello- y evolucionar su propio sistema.

Problema para los ‘poderosos’, por ejemplo, en el caso del motor: “Si no aceptáis el acuerdo os pondré a un policía para que rechace cualquier evolución”. Lo explica en otras palabras pero es así. En esto consiste el ‘método Mosley’. Por lo contrario, la FIA asegura que habrá total libertad de desarrollo en motores estándar. Implacable.

Di Montezemolo contestó de esta manera: "En referencia a la decisiones adoptadas hoy (ayer) por el Consejo Mundial de la FIA, la FOTA desea expresar su decepción y preocupación por el hecho de que se haya actuado de una forma unilateral". Una respuesta con un sentimiento frustrante, sabe que no hay nada que hacer. Así funciona el Gran Circo.

‘Queréis guerra, pues la tendréis’. Max Mosley, presidente de la FIA y capitán en mil batallas, ha iniciado una nueva contienda en el Gran Circo. Esta vez, contra todos los equipos (FOTA). Aunque esté solo, sabe que tiene las mejores armas. Ayer envió un torpedo que dejó seco al mismísimo Luca di Montezemolo (presidente de la FOTA y de Ferrari). El camino hacia la inestabilidad y división de la Fórmula 1 le llevará a la victoria, como ha hecho siempre desde que ocupa el cargo, 1991.

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